jueves, 26 de mayo de 2011

HOWARD HAWKS

"ARMAS, MUJERES Y RELOJES SUIZOS"
Si dios existiera quisiera que fuera Howard Hawks, así al crear el mundo a su imagen y semejanza hubiera hecho de él no sólo un lugar habitable sino en el que hubiera valido la pena nacer, por el que hubiera valido la pena morir. Un mundo de hombres nobles y mujeres encarnaciones del deseo de aquel (rechinar de dientes de feministas-gafapastas y melindrosos correctos); un mundo donde la aventura es norma y la épica posible, donde el rencor no es una opción y el pasado, trámite que no compromete el porvenir, expedito de débitos y aranceles. El “super-hombre” hawksiano es el creador de valores acordes con la vida, y ¿qué es la vida? La celebración del presente con un cigarrillo entre los dedos y la quemazón del último trago en los labios; el peso del Colt en el cinto y la pianola pautando la charla amena mientras la mirada se desvía al escote promisorio de la corista que acaba de finalizar su número y se dispone a ofrecerse al primero que la convide a una copa. Y quizá más tarde habrá que acudir a las querellas de uno o del amigo en apuros y hacer sonar los revólveres y dejar que la mala sangre empape las calles; que la muerte también reclama su convite en la celebración de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario