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miércoles, 1 de abril de 2015
jueves, 16 de octubre de 2014
ENVÍOS VI
Envío #I
Sin
la salvaguarda de la premisa que dispensa el deber y mucho en cambio del riesgo
insensato que solicita el deseo, el ánimo se consume en una agitación en cuyo fondo
destella una lejana promesa de aventura, el abordaje de un tiempo habitable por
la memoria durante un futuro cercano. Trato de cruzar la línea quebrada de mi
inquietud con la más nítida de ese gozo vacilante, y finalmente me pierdo en el
dibujo geométrico del enlosado.
"Me
he olvidado el paraguas", como Nietszche, y un cielo pesado y opaco
amenaza más allá de la ventana del tren. Nadie en el andén.
(me
cansé de esperarte)
***
Envío#II
El
número de mi asiento está borrado. He ocupado otro lugar; he usurpado otro
espacio signado con un número distinto igualmente enigmático. He colgado una
ausencia bajo el ausente 126.
1+2+6=9
el número del límite, límite de la serie antes de su retorno a la unidad. ¿Me
encuentro en el umbral?
(una
vez dijiste que jamás estaría en paz con ellos por mi incapacidad de asimilar,
reducir mi diferencia a la unidad de una supuesta identidad que los otros me presumen:
tienes razón, no puedo: soy legión)
***
Envío#III
El
paisaje se viste de sombras como el sueño gongorino... sombras suele vestir de bulto bello. El reflejo sobre la superficie
del cristal se va definiendo. La ventana al exterior, el acceso al mundo
deviene espejo con la fatalidad de los crepúsculos que rompen los cristales de
la tarde.
Siento
el horror de lo reflexivo. La miseria de la conciencia condenada a contemplarse
en el mundo para derivar certezas. La soledad de la mónada. El espejo de las
dudas. Dime si no.
(un
rostro ajeno cruzado de arrugas: una mirada cansada de fatigar huellas, trazos
y figuras tiene lumbres de pesares; estoy condenado a la contemplación de mi
rostro, esa pesada máscara que encuentro siempre al final de mí mismo)
***
Envío#IV
Lo
otro del mundo es asimilado al reflejo del mismo, la alteridad se reduce a la
identidad: la solución final. Se borran las lindes del afuera y el adentro, se
confunden las paralelas, confluye la divergencia; contra el cielo nocturno con
ribetes violáceos, ante una oscura dehesa de silencio, bajo la luz cenital y
gélida del vagón se dirime la cuestión de los significados trascendentales: ningún
pasajero parece ocupar el significante asignado, el número que reza en el
billete; y el revisor, con platónica solemnidad, trata de reducir el libre
juego, contener la diseminación.
Envío#V
Parada
en una estación entre ninguna parte y el olvido. Palabras sin destino sobre un
frío repentino de mediados de octubre; un frío noche y lleno: porque la luz
insinúa promesas de completud: porque la luz es noche. Otoño en la ventana.
La
noche es una terminal vacía con las papeleras llenas y un zapato solitario que
difiere de su par.
***
Envío#VI
Me
levanté y fui a buscarme a mi asiento. Ya no estaba. Quedaba sólo una ausencia,
el trazo seguro en la libreta apretada del revisor platónico, un vacío en el
fondo vacilante de los reflejos.
***
Envío#VII
Regreso
a mi asiento. No es un "regreso" (la escritura me traiciona), ya
estaba ocupando el significante, ahora el signo está completo, suponiendo que
sea yo el significado, el logos que dice el pensamiento el pensamiento que
revela el Ser: ¿soy la presencia? pregunto al revisor:
ocupe su asiento o se baja en la
próxima parada.
Envío#VIII
"¿Y
si la muerte no fuera otra cosa que ruido?"
(155 km/h, 20:13h)
***
Sin
rastro del exterior, sin noticias de la realidad ni vestigio de que alguna vez
existiera algo más allá del espejo en sombras que me mira.
Sólo
ruido, ruido de fondo y Don DeLillo.
***
Envío#IX
Es hermosa. Morena. Sonríe a las
palabras que responde tecleando con habilidad sobre la pantalla táctil.
Enigmática dentro de su orla azul. Una promesa exacta bajo el extremo vértice
de la blusa. Cada mujer nos propone un bello enigma que estamos condenados a no
poder descifrar y su cuerpo se convierte en el instrumento de nuestra
resolución, apenas una solicitud arraigada en el vacío que interrogamos.
La mujer es el
límite.
Lo que me seduce es la confianza en la
inequívoca, rotunda presencia de sus hechuras. Frunce el labio y una duda se
abre en la red que tejen sus signos: las palabras le sonríen, los signos la
cortejan, bailan, se abrazan y cohabitan, protagonizan su fuga sobre las ondas
que surcan el aire y los lanza a mi través, sin sustancia, buscando su destino,
haciendo su destino, equívocos.
Palabras sin destino.
Un destino
sin letras: d
e
s
t
i
No
¿fin de trayecto?
jueves, 18 de septiembre de 2014
ENVÍOS V
Día#1.
(Primer
plano. Interior. Día.)
De
ocho meses a un año, dicen los médicos. No sé durante cuánto tiempo haré esto.
Ni sé cuál es el motivo que me ha llevado a ponerme delante de una cámara como
ante un confesor. Tal vez porque toda mi vida me la he pasado capturando
imágenes y la presencia de la cámara me reconforta. Tal vez porque creo en el
poder mágico de la imagen. Puede que sólo tenga miedo a desaparecer.
Ahora
yo estaré en el centro de la imagen. Ahora yo soy imagen.
Porque
ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos
cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente,
como he sido conocido.
(Corintios, 13:12)
Día#2.
(Interior
noche. Plano general de una avenida. El pavimento está húmedo. Ha llovido pero
ya no llueve. Sobre el cristal de la ventana se refleja la luz roja de la
cámara. La voz fuera de campo.)
Colgué
el vídeo de ayer en la web que tengo a mi nombre. Patético. Narcisismo.
Pornografía. Me he pasado la vida que he malvivido rodando pornografía.
Definamos "pornografía": representación de lo obsceno para excitar a
la audiencia. La excitación es goce. El goce es dolor. La pornografía es agente
del dolor. Toda imagen es ministra del goce con independencia de su contenido. Ergo,
toda imagen es pornográfica. Una calle. Poco tráfico. Un fantasma habla fuera
de campo. Esto es pornografía.
Legaré
imágenes de heridas. Una larga herida abierta en el corazón de la luz.
Día#3
(Exterior,
noche. Un paso elevado.)
Me
he pasado la vida esperando que algo me ocurriera, registrando en diversos
formatos lo que les ocurría a los demás, sin advertir que eso que yo
contemplaba por el visor me estaba pasando también a mí. Me convertí en la
visión invisible. En cierto sentido esas imágenes que he consumido me han
provocado un tumor, como a Max Renn. Como él, deberé morir para resucitar en la
Nueva Carne.
Pues
Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha
resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Cristo.
(Corintios, 4:6)
Día#4
(Interior,
noche. Ante un espejo.)
Luis
Buñuel dijo que si se le apareciera Mefistófeles le pediría un hígado y unos
pulmones nuevos, para seguir apurando martinis y fumando. Creo que formularía
el mismo deseo. (Acerca el rostro al espejo hasta sentir su contacto; sobre la
niebla de condensación que su aliento pone al cristal escribe con el dedo: "Mefisto")
Hay
un cuento, no recuerdo de quien, en el que un viejo se imagina que el diablo le
aborda con el antiguo pacto, entonces cae en la cuenta de que no tiene nada qué
pedirle.
Svevo, sí. Yo le pediría ser otro.
Sí.
Creo
que es lo único que podría pedirle.
viernes, 4 de octubre de 2013
ENVÍOS IV
ENVÍO#1
Anoche recibí la visita de Jaime. No le oí entrar. Me despertó un alarido; aunque quizá ya estaba despierto. Fui a por la botella y lo vi sentado, aquí mismo.
-Buenas noches. No respondió. Su palidez era espantosa. Me senté también.
-¿Qué es lo peor de estar muerto?
-El dolor, sabes, no hay ningún dolor.
Quise saber si recordaba su poesía. Incluso le leí algo.
-Repíteme eso último.
-"De la vida me acuerdo, pero dónde está."
No, no me suena de nada. No suena a mí. No, nunca diría algo así.
Se quedó fumando un cigarrillo en silencio, mirando la tiniebla con cuencas vacías a las que asomaban gusanos. Quizá aún seguía dormido. Con la primera luz de la mañana fue haciéndose más tenue. "Es que amanece"
( A Otto nada de esto le sorprende. " Son muy aburridos")
Sin fecha, ni remite, ni destino.
ENVÍO#2
Han descubierto el proyecto de Otto. Se le acusa de un delito postal. El juicio es dentro de dos meses. Todo está en el papel en el que acabamos de prender los cigarrillos. Se le ve tranquilo. Las parejas pasean por el parque, arrastran hojas muertas entre los radios de los cochecitos, como un lastre de herrumbre aparejado a sus vidas en común.
-Debe ser domingo. El domingo es una cualidad de la luz. Un estertor de la luz que conmociona las ruinas de la tarde.
-Estoy pensando en mudarme al parque, le digo, parece un lugar agradable.
-Olvídalo. No te gustaría. Me ofreció la botella.
-Estoy pensando en hacerme con un perro.
-Olvídalo. Los perros son repugnantes. Todo gira en torno a sus excrementos. Me pidió la botella.
-Estoy pensando que cada vez oscurece antes.
-Sabes Marco cuál es tu problema: piensas demasiado.
Un domingo cualquiera, sin remite o destino.
ENVÍO#3
Hoy he completado tres folios válidos, como en aquellas jornadas nocturnas en las que me dejabas con sigilo el café junto al busto de Palas antes de irte sola a la cama.
Sin palabras, me besabas la nuca. Sin hacer ruido me dejabas. Sin ruido me dejaste.
Bueno sí, con el ruido que hace el corazón que no encuentra un latido.
Eran tiempo de palabras mudas y besos íntimos de luna. Ahora sólo quedan las palabras que te dicen, las palabras que se quedaron en los armarios vacíos, en tus cajones saqueados, en mis memorias tristes; y este racimo de tarjetas que me escribo para no olvidarme. Olvidarte.
(alguien grita reproches en algún rincón de la anatomía lovecraftiana de este edificio; una mujer escupe reproches antiguos en algún habitáculo recóndito de este laberinto de hormigón; las mismas palabras de siempre, las palabras que median entre la mujer y el silencio del hombre cuando ha pasado suficiente tiempo)
Eran tres folios válidos. Ligeramente inspirados. Me gustaban. Les he prendido fuego y he ido dejando caer las cenizas sobre el vaso de vodka.
(un regusto picante y ceniciento se demora en el velo del paladar, como una hostia sanguinolenta y blasfema, como una mala palabra trabada en la garganta)
Luego el diablo vino a verme.
Sin fecha, remite o destino.
ENVÍO#4
Déjame que te hable de Jimena.
Jimena tiene desconches en el esmalte de uñas y acantilados en el alma. Jimena me dice que la haga reir y apuramos las últimas rayas sobre el estaño. Salimos del bar abrazados, vacilantes, pisando la dudosa luz del día. Llegamos a mi celda. Pregunta a qué tantos espejos. Yo le hablo de Borges pero se levanta la falda. Jimena cultiva un vello intoso, montaraz, del que apetece tascar. Jimena tiene un follar apacible y un orgasmo que figura espasmos de muerte.
-Cada vez que follo muero un poco, sabes.
-Todos lo hacemos Jimena.
A Jimena le amarillean los dedos y le tiembla la sonrisa amarilla. La mañana no favorece. Luego me habla de su enfermedad, me dice que hay una guerra civil entre su sistema nervioso y su sistema inmunológico. Se enjuga con la sábana. Yo miro a otro lado.
Cuando la luz se marchita le digo que tengo trabajo. Se calza una pena de tacón alto y la encamina a la puerta.
-¿Qué temes ver?
-¿Cómo?
-Los espejos, ¿por qué los cubres?
-Se hace tarde Jimena.
Llevaba medias negras.
Un domingo cualquiera, sin remite ni destino.
sábado, 3 de agosto de 2013
POSTCARDS FROM ITALY.
ENVÍO#1
2 de
julio 2013.
Y nos cayó la noche
encima.
Caminabas de espaldas
frente a mí, para no perder detalle decías, la mirada perdida en mi
mirada. Tu mirada buscándose en la mía. Como dos locos perplejos
ante el espejo improbable de la carne. De espaldas al mundo. Frente a
frente. Boca a boca. Y nos cayó la tarde encima.
Tu media sonrisa
insolente, los labios fruncidos y aún no sé si burlándote de mí
por eso que antes te dije y me tenía tan avergonzado, pero tan
feliz.
Al fin se lo había
podido decir a alguien.
ENVÍO#2
7 de julio de 2013.
Entre nosotros no debía
haber contratos ni rúbricas ni anillos de pertenencia. Ni álbum de
fotos tristes con fecha al dorso, esas que al morir la poca luz del
día sobre los visillos convocan un “¿te acuerdas?”, “qué
jóvenes fuimos”, “¿qué nos pasó después?”
Pero nos pasó.
Y un buen
día nos vimos comiendo del mismo plato frío la misma ración de un
desengaño anterior al mundo.
ENVÍO#3
7 de julio de 2013.
Yo no quería escribirte
para no asimilarte a mi palabra, para no traicionarte con la palabra.
Por eso rompí carta
tras carta apenas el abajo firmante te enviaba besos a la Rue de
l`oubli.
Pero tú me dabas la palabra.
Si he escrito algo desde
entonces ha sido siempre por ti. Esperando que uno de mis textos te
encontrara. Conservar tu voz perdiendo la palabra en la escritura.
¿No te parece irónico?
ENVÍO#4
7 de
julio de 2013.
La verdad del sudor y de
las sábanas cuando la amanecida sorprende el laboreo tenaz de los
cuerpos, el puro sigilo de
las pieles .
ENVÍO#5
10 de
julio de 2013.
(nostalgia, la puta del
deseo)
Hoy apenas levantarme he
buscado entre las cajas del trastero el casete de In a
Lonely Place.
Nací cuando
ella me besó.
Morí cuando me abandonó.
Víví unas semanas
mientras ella me amó.
Luego
he
tenido
que
regresar
a
la
cama
para
llorarlo
todo
hasta
el
mediodía.
ENVÍO#6
8 de
julio de 2013.
¿En qué momento dejamos
de contarnos los sueños?
¿En qué momento dejé
de darte a leer lo que iba escribiendo sobre el escritorio inquieto
de tus nalgas?
(yo escribía sobre tu piel versos de carne con besos
de tinta y ceniza)
Dejas en mí una herida que no
quiero cauterizar.
Soy lo que has hecho de
mí como tú llegaste a ser aquella a la que vestí con ropajes
prestados hasta que no quedó nada de la muchacha a la que una vez
deseé.
Me diste la palabra y me
diste el dolor.
(gracias gracias gracias)
ENVÍO#7
9 de
julio de 2013.
Me pregunto si es a ti o
es a mi amor por ti al que añoro.
Me pregunto si alguna vez
hubo una alguna vez o mi amor te inventó y nunca fuiste esa joven
que se parecía a Jean Seberg y me hacía reír durante los
desenlaces trágicos de las películas de Mizoguchi y hablaba sin
parar de mudarnos a una película de Hawks.
(pilotar
aviones o criar elefantes,
tú me liarías los
cigarrillos y yo te
encendería fósforos pero vives perplejo y sin remedio
en esa escena la misma siempre de Los comulgantes)
Me pregunto si sigues
odiando a Bergman por las mismas razones que adorabas a Hawks.
No llegaste a comprender
que a ti tu candor te protegía de la ausencia de dios, pero yo
pertenecía a la otra orilla.
Soy de esos que
interrogan al Ser. “Neurótico” es el término clínico.
Dios es el concepto del
Otro llevado al límite y apenas me alejé del recinto de mí mismo en
un turismo cobarde y trasnochado.
Furchtlos bleibt aber, so er es muss, der Mann
Einsam vor Gott, es schützet di Einfalt ihn,
und keiner Waffen braucht´s und keiner
Listen so lange, bis Gottes Fehl hilft.
ENVÍO#8
19 de julio de 2013.
y te enfadabas si
entre desconocidos te llamaba por tu nombre, nom prope non prope.
Una vez, mientras
hacíamos el amor me pediste que te llamara por otro nombre. Por
todos los nombres menos por el tuyo, mientras me susurrabas No soy
tuya No soy tuya No soy tuya.
Llámame sin palabras,
disípame en tu nombre, líbrame del trazo amor.
ENVÍO#9
20 de julio de 2013.
Hoy Otto, el cartero, ha
pasado a tomar un café. Hemos hablado de fantasmas, lo único de lo
que pueden hablar los que han vivido lo suficiente. Durante la escasa
media hora que me ha acompañado, se ha dedicado a cambiar los
remites de las cartas que le restaban repartir.
Luego me ha hablado de un
proyecto que tiene en mente desde hace años: tarjepostalizar la
carta, sin remisión ni destino.
-Para mí Marco, es
más importante la cuestión de saber a quién se escribe, ¿no
crees?
jueves, 28 de febrero de 2013
ENVÍOS II
ENVÍO#5º
Al
fin he marcado tu número pero el terror a oír la voz me ha hecho
interrumpir la llamada antes que. He apagado el móvil. Luego he
comprendido que me lo que me da miedo es que no haya nadie al otro
lado.
Creo
que olvidé ya el timbre de tu voz.
Te
escribo a oscuras, como el comandante del Kursk. La escritura es
enfrentamiento con la muerte.
Te
escribo sin brújula que es como se escribe siempre. Sin origen ni
hora de llegada prevista, desde una ciudad desconocida donde nadie
habla mi lengua. Transterrado en una estación de trenes sin andén
ni equipaje y la cantina cerrada.
La
quinta postal. Cinco postales idénticas con diversos textos y un
destino solidario. Te escribo a oscuras, como Borges El evangelio
según San Marcos. Oficio de tinieblas. ( únicamente el
amarillo le fue fiel, el color de la música.)
El
texto es el destino.
El texto es el destino.
Son
las 03:42 am y la vida se me va en una calada.
$
ENVÍO#6
Turín,
26 de febrero de 2013.
Buenos
noches Lilith.
Esta
tarde tuve un sueño. Yo eras tú. Recibía correspondencia.
Varias postales idénticas sin remitente. Escritas en un idioma
ininteligible. Rompía(s) a llorar.
Una
vez leí en tu diario que cuando un novelista empieza a contar sus
sueños, está acabado, por eso he encendido la tele.
Sobre
la pantalla alguien estimula con la lengua el tejido membranoso de un
ano. No dejo de pensar que el placer es como el signo, la
representación de una ausencia, la presencia de una falta.
El
rostro se crispa; el espejo del alma apretado en arrugas.
Un
orificio también es como el signo, presencia diferida o remisión a
una ausencia. Dilatación.
El orificio obturado por la verga o en
la excreción significa porque remite a otro y otro y otro que
tampoco comparece.
( y
todo esto me ha hecho pensar en aquella mañana salmantina y
plateresca en la que me leías fragmentos de Naked Lunch mientras
yo untaba tus tostadas con la misma margarina que empleé para. )
Ojalá
no vuelva a verte.
$
ENVÍO#7
Turín
30 de Febrero de 2013.
“En el principio fue el Verbo. -¿Qué
significa papá?”
Que no hubo principio, hija mía.
Que sólo hay un pasado nunca presente.
Que sólo hay la nostalgia de lo que no existió.
Que la voz dijo la verdad.
Que la grafía presenta una ausencia.
Que la palabra asesina a la cosa.
Que el lenguaje es la patria del sujeto.
Que antes del Yo está el lugar del Otro.
Que esto que escribo es dictado por ti.
Que la paternidad es un efecto,
la demora de la huella en la arena que el viento borrará.
Que mis palabras vienen de lejos.
Soy lo que tú has
hecho de mí.
Eidanyoson
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
ENVÍO#8
Una vez me dijiste
amor, uno solo deambula, dos van siempre a algún lugar. El
destino es cosa de dos. Hoy he salido a pasear, muy de mañana y sin
destino.
Hacía meses que
no me caía la tarde encima caminando. Viendo crecer las sombras,
pisando la dudosa luz del día. Un deambular perplejo en el
latido de la ciudad. Quisiera decirte la Piazza Carlo Alberto
sin caballos ni Nietzsche. Quisiera decirte que dios conforta sólo
en su ausencia. Quisiera cantar el Ser. Quisiera no querer.
Al fin me he
sentado exhausto en una terraza a distraer la fatiga. A ver el tiempo
pasar. El café era bueno. Un pitillo lo hubiera mejorado. Con brandy
sería ambrosía.
He pagado la
cuenta.
La poca luz se
marchita sobre los parasoles. Al menos hoy no he pensado.
Turín, ignoro el
día, creo que martes, creo que marzo. Pienso que aún será 2013.
Te quiere y añora,
$
ENVÍO#9
He escrito tu
nombre hasta el delirio sobre las superficies de.
lo he escrito con
lápiz en el parqué, grabando el artesonado de los techos, urdiendo
torpes grafitis sobre los mampuestos del muro, en post its
por los azulejos, en Times New Roman, en Verdana,
en Rockwell
Extra
Bold,
y luego en carmín sobre el monitor del ordenador, lo he
escrito en el lienzo de los cuadros, el metal de la cocina, sobre el
tapizado del sillón, lo he escrito bajo las sábanas con aguja e
hilo, lo he escrito en el espejo contra mi rostro, en las páginas de
los libros que detesto, en caracteres hebraicos, en cirílico,
alfanumérico, lo he escrito con tinta en el cartón de las
cajetillas, grafito en la madera, semen sobre el terciopelo azul del
cortinaje, con mechero quemando la cal, raspando el cuero de las
botas, con oficio de dientes sobre cera, con labor de uñas en las
manzanas, lo he escrito en bajorrelieve, lo he modelado con plástico
caliente, lo he impreso en papel de periódico, le he dado forma al
humo, y una cicatriz en mi pecho que aún rezuma sangre, te llamará
en silencio, mon amour.
(pero durante todo
el laboreo de escribano mi voz no ha dicho tu nombre intento escuchar
la voz el eco de la palabra esencial cabe el significado soy sordo
al sentido y mudo al rumor sólo una escritura vacilante.)
Et clamor meus
ad te veniat!!!!!
HAREY
HEYRA
HYARE
HRAYE
UEWHOIASKN
K
S
L
Ñ;
.
viernes, 22 de febrero de 2013
ENVÍOS
ENVÍO
#1º
Y si
te escribo es porque sólo en la palabra puedo confiar, no te sientas
obligada a responder a estas postales que, por lo demás, aún no sé
dónde enviaré.
Trato
de olvidarlo. Para, olvidarlo, lo escribo, y para escribirlo lo
olvido y después de ahora, más allá de este pedazo de noche con su
niebla y sin mañana, no seré más aquel que renunció a todo para
tenerse a sí mismo. Y abracé una nada.
No
seré más que la palabra que me dice y te dice. No su vehículo o
portavoz. La palabra misma, una de las caras del símbolo, la cara
oculta, la grafía muda. Un mero significante sin significado o
sentido, sin referente al final de mí mismo.
El
significado eres tú, amor, será lo que tú quieras ser. Es decir,
el significado es mí nada, tú eres lo que yo no soy.
Un
beso grande grande grande.
$
ENVÍO#
2º
Te
lo digo en voz baja, al oído, amor: la palabra me precede. Llegará
antes a ti que este pedazo de cartón ilustrado con una reproducción
de Leonardo. Sin oficina postal ni franqueo.
Puedo ver tu rostro componiendo esa mueca de hartazgo, el labio
superior tenso, adelgazado por las cosas no dichas, tu palabra, la
palabra que siempre estuvo ahí, asomando, para buscar mi oído. La
palabra que me diste, señora letrada. Tiene la palabra la
defensa. Para quitármela después. La palabra original, viva y
presente.
La
voz.
Tenías
razón, no somos nada salvo esta relación epistolar imposible que
ahora entablamos, apenas un manojo de postales que compré esta tarde
cuando el paso de un tranvía me hizo pensar en ti, cuando una lluvia
repentina y a destiempo me hizo pensar en ti. En el único lugar del
mundo donde me gusta la lluvia.
No
son horas me dijiste...
Cada
una de estas postales tiene un sentido diferido. Sólo tengo un
puñado de postales y no muchas más palabras. Tengo tiempo para
buscarlas y buscarte tras de ellas. Perderme en el texto para
encontrarme en ti.
Yo
no soy el remitente amor. Yo no soy. Yo
no Es.
Besos
zorra zorra zorra.
$
ENVÍO#
3º
“Ein
jeder Engel ist schrecklich”
¿Recuerdas
la reproducción al dorso de la tarjeta anterior, “La Adoración de
los Magos”? (como a Otto el cartero, me aterra Leonardo)
Recuerdo
exactamente las palabras que me dijiste una tarde en el Prado. No
recuerdo aquella tarde en el Prado, sólo las palabras que salieron
de tus labios ante un catálogo, y que te reproduzco: “Yo no soy
para ti más que una reproducción, estás enamorado de una
reproducción. No sabes nada de la Lilith original, ni puedes
saberlo.”
Escribo
sobre la barra de un bar clandestino en la trastienda de en un 24
horas, con la mirada fija en una reproducción de tu rostro, la
sonrisa clavada en tu mejilla (en el reverso se borró ya la tinta y
las letras con que quisiste dejar constancia de fecha y lugar, sólo
queda una huella del trazo firme de tu mano, la archiescritura),
mientras suena demasiado bajo una versión que hizo Marilyn Manson de
I put a spell on you, y apuro un brebaje salido de una botella
de Absolut, cuyo sabor me hace añorar las noches en que bebí
Absolut del hontanar de tu ombligo, de las mañanas en que dragué el
Absolut de tu animal carnívoro y todo el cuarto estaba sembrado de
botellas vacías rutilantes de sol.
(Estoy
pesando en no enviarte esta postal urdida con los retales de tus
palabras. Reproducciones de mis recuerdos sostenidos en una erección.
La escombrera de la memoria que aborrezco y que me hace escribirte y
escribirme.)
Eres mi ángel y mis
demonios.
Son
las…
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
$
ENVÍO#4º
Otto
me ha encontrado en el rellano de la escalera y me ha ayudado a
entrar. Nos hemos tomado un café y me ha contado historias
fantásticas de aparecidos. Al final se fue sin llevarse estas
postales. Mañana volverá. Hay una tristeza recóndita en los ojos
de este cartero. Por el acento debe ser alemán o sueco. Me
reconforta extrañamente su palabra.
Quisiera
Mein Engel poder escribirte esas historias de fantasmas, sin
retórica, sin engañifas verbales o velos, ofrecerte sólo la
palabra develada que dice, desprovista de la sintaxis bastarda
que articula el sujeto, que traiciona el/al decir, pero para eso
deberías estar aquí o yo allí, o yo ser Otto, el cartero. O tú
ser yo.
Te
escribo muy de mañana, muy de mañana, muy de mañana. Te miento muy
de mañana, muy de mañana, muy de mañana.
PD:
Llámame por favor,
dime la verdad.
$
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