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jueves, 16 de octubre de 2014

ENVÍOS VI





Envío #I

Sin la salvaguarda de la premisa que dispensa el deber y mucho en cambio del riesgo insensato que solicita el deseo, el ánimo se consume en una agitación en cuyo fondo destella una lejana promesa de aventura, el abordaje de un tiempo habitable por la memoria durante un futuro cercano. Trato de cruzar la línea quebrada de mi inquietud con la más nítida de ese gozo vacilante, y finalmente me pierdo en el dibujo geométrico del enlosado.
"Me he olvidado el paraguas", como Nietszche, y un cielo pesado y opaco amenaza más allá de la ventana del tren. Nadie en el andén.

(me cansé de esperarte)
***






Envío#II

El número de mi asiento está borrado. He ocupado otro lugar; he usurpado otro espacio signado con un número distinto igualmente enigmático. He colgado una ausencia bajo el ausente 126.
1+2+6=9 el número del límite, límite de la serie antes de su retorno a la unidad. ¿Me encuentro en el umbral?

(una vez dijiste que jamás estaría en paz con ellos por mi incapacidad de asimilar, reducir mi diferencia a la unidad de una supuesta identidad que los otros me presumen: tienes razón, no puedo: soy legión)
***



Envío#III

El paisaje se viste de sombras como el sueño gongorino... sombras suele vestir de bulto bello. El reflejo sobre la superficie del cristal se va definiendo. La ventana al exterior, el acceso al mundo deviene espejo con la fatalidad de los crepúsculos que rompen los cristales de la tarde.
Siento el horror de lo reflexivo. La miseria de la conciencia condenada a contemplarse en el mundo para derivar certezas. La soledad de la mónada. El espejo de las dudas. Dime si no.

(un rostro ajeno cruzado de arrugas: una mirada cansada de fatigar huellas, trazos y figuras tiene lumbres de pesares; estoy condenado a la contemplación de mi rostro, esa pesada máscara que encuentro siempre al final de mí mismo)
***


Envío#IV

Lo otro del mundo es asimilado al reflejo del mismo, la alteridad se reduce a la identidad: la solución final. Se borran las lindes del afuera y el adentro, se confunden las paralelas, confluye la divergencia; contra el cielo nocturno con ribetes violáceos, ante una oscura dehesa de silencio, bajo la luz cenital y gélida del vagón se dirime la cuestión de los significados trascendentales: ningún pasajero parece ocupar el significante asignado, el número que reza en el billete; y el revisor, con platónica solemnidad, trata de reducir el libre juego, contener la diseminación.
***


Envío#V

Parada en una estación entre ninguna parte y el olvido. Palabras sin destino sobre un frío repentino de mediados de octubre; un frío noche y lleno: porque la luz insinúa promesas de completud: porque la luz es noche. Otoño en la ventana.

La noche es una terminal vacía con las papeleras llenas y un zapato solitario que difiere de su par.
***



Envío#VI

Me levanté y fui a buscarme a mi asiento. Ya no estaba. Quedaba sólo una ausencia, el trazo seguro en la libreta apretada del revisor platónico, un vacío en el fondo vacilante de los reflejos.
***


Envío#VII

Regreso a mi asiento. No es un "regreso" (la escritura me traiciona), ya estaba ocupando el significante, ahora el signo está completo, suponiendo que sea yo el significado, el logos que dice el pensamiento el pensamiento que revela el Ser: ¿soy la presencia? pregunto al revisor:

ocupe su asiento o se baja en la próxima parada.
***




Envío#VIII

"¿Y si la muerte no fuera otra cosa que ruido?"
                                                                                          (155 km/h, 20:13h)


***
Sin rastro del exterior, sin noticias de la realidad ni vestigio de que alguna vez existiera algo más allá del espejo en sombras que me mira.
Sólo ruido, ruido de fondo y Don DeLillo.
***


Envío#IX

Es hermosa. Morena. Sonríe a las palabras que responde tecleando con habilidad sobre la pantalla táctil. Enigmática dentro de su orla azul. Una promesa exacta bajo el extremo vértice de la blusa. Cada mujer nos propone un bello enigma que estamos condenados a no poder descifrar y su cuerpo se convierte en el instrumento de nuestra resolución, apenas una solicitud arraigada en el vacío que interrogamos.

La mujer es el límite.




Lo que me seduce es la confianza en la inequívoca, rotunda presencia de sus hechuras. Frunce el labio y una duda se abre en la red que tejen sus signos: las palabras le sonríen, los signos la cortejan, bailan, se abrazan y cohabitan, protagonizan su fuga sobre las ondas que surcan el aire y los lanza a mi través, sin sustancia, buscando su destino, haciendo su destino, equívocos. Palabras sin destino.
                                                  Un destino sin letras: d
                                                                                        e
                                                                                      s
                                                                                            t
                                                                                              i
                                                     No


¿fin de trayecto?





jueves, 18 de septiembre de 2014

ENVÍOS V






Día#1.

(Primer plano. Interior. Día.)

De ocho meses a un año, dicen los médicos. No sé durante cuánto tiempo haré esto. Ni sé cuál es el motivo que me ha llevado a ponerme delante de una cámara como ante un confesor. Tal vez porque toda mi vida me la he pasado capturando imágenes y la presencia de la cámara me reconforta. Tal vez porque creo en el poder mágico de la imagen. Puede que sólo tenga miedo a desaparecer.
Ahora yo estaré en el centro de la imagen. Ahora yo soy imagen.


Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.
(Corintios, 13:12)


Día#2.

(Interior noche. Plano general de una avenida. El pavimento está húmedo. Ha llovido pero ya no llueve. Sobre el cristal de la ventana se refleja la luz roja de la cámara. La voz fuera de campo.)

Colgué el vídeo de ayer en la web que tengo a mi nombre. Patético. Narcisismo. Pornografía. Me he pasado la vida que he malvivido rodando pornografía. Definamos "pornografía": representación de lo obsceno para excitar a la audiencia. La excitación es goce. El goce es dolor. La pornografía es agente del dolor. Toda imagen es ministra del goce con independencia de su contenido. Ergo, toda imagen es pornográfica. Una calle. Poco tráfico. Un fantasma habla fuera de campo. Esto es pornografía.
Legaré imágenes de heridas. Una larga herida abierta en el corazón de la luz.   


Día#3

(Exterior, noche. Un paso elevado.)
Me he pasado la vida esperando que algo me ocurriera, registrando en diversos formatos lo que les ocurría a los demás, sin advertir que eso que yo contemplaba por el visor me estaba pasando también a mí. Me convertí en la visión invisible. En cierto sentido esas imágenes que he consumido me han provocado un tumor, como a Max Renn. Como él, deberé morir para resucitar en la Nueva Carne.

Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.
(Corintios, 4:6)


Día#4

(Interior, noche. Ante un espejo.)

Luis Buñuel dijo que si se le apareciera Mefistófeles le pediría un hígado y unos pulmones nuevos, para seguir apurando martinis y fumando. Creo que formularía el mismo deseo. (Acerca el rostro al espejo hasta sentir su contacto; sobre la niebla de condensación que su aliento pone al cristal escribe con el dedo: "Mefisto")

Hay un cuento, no recuerdo de quien, en el que un viejo se imagina que el diablo le aborda con el antiguo pacto, entonces cae en la cuenta de que no tiene nada qué pedirle. 
Svevo, sí. Yo le pediría ser otro.

Sí.

Creo que es lo único que podría pedirle.






viernes, 4 de octubre de 2013

ENVÍOS IV




ENVÍO#1


Anoche recibí la visita de Jaime. No le oí entrar. Me despertó un alarido; aunque quizá ya estaba despierto.  Fui a por la botella y lo vi sentado, aquí mismo.

-Buenas noches. No respondió. Su palidez era espantosa. Me senté también.

-¿Qué es lo peor de estar muerto?

-El dolor, sabes, no hay ningún dolor.

Quise saber si recordaba su poesía. Incluso le leí algo.

-Repíteme eso último.

-"De la vida me acuerdo, pero dónde está."

No, no me suena de nada. No suena a mí. No, nunca diría algo así.

Se quedó fumando un cigarrillo en silencio, mirando la tiniebla con cuencas vacías a las que asomaban gusanos. Quizá aún seguía dormido. Con la primera luz de la mañana fue haciéndose más tenue. "Es que amanece"
( A Otto nada de esto le sorprende. " Son muy aburridos")

                                                                                     Sin fecha, ni remite, ni destino.



ENVÍO#2


Han descubierto el proyecto de Otto. Se le acusa de un delito postal. El juicio es dentro de dos meses. Todo está en el papel en el que acabamos de prender los cigarrillos. Se le ve tranquilo. Las parejas pasean por el parque, arrastran  hojas muertas entre los radios de los cochecitos, como un lastre de herrumbre aparejado a sus vidas en común.

-Debe ser domingo. El domingo es una cualidad de la luz. Un estertor de la luz que conmociona las ruinas de la tarde.

-Estoy pensando en mudarme al parque, le digo, parece un lugar agradable.

-Olvídalo. No te gustaría. Me ofreció la botella.

-Estoy pensando en hacerme con un perro.

-Olvídalo. Los perros son repugnantes. Todo gira en torno a sus excrementos. Me pidió la botella.

-Estoy pensando que cada vez oscurece antes.

-Sabes Marco cuál es tu problema: piensas demasiado.


                                                                             Un domingo cualquiera, sin remite o destino.


ENVÍO#3


Hoy he completado tres folios válidos, como en aquellas jornadas nocturnas en las que me dejabas con sigilo el café junto al busto de Palas antes de irte sola a la cama.

Sin palabras, me besabas la nuca. Sin hacer ruido me dejabas. Sin ruido me dejaste.
Bueno sí, con el ruido que hace el corazón que no encuentra un latido.

Eran tiempo de palabras mudas y besos íntimos de luna. Ahora sólo quedan las palabras que te dicen, las palabras que se quedaron en los armarios vacíos, en tus cajones saqueados, en mis memorias tristes; y este racimo de tarjetas que me escribo para no olvidarme. Olvidarte.

(alguien grita reproches en algún rincón de la anatomía lovecraftiana de este edificio; una mujer escupe reproches antiguos en algún habitáculo recóndito de este laberinto de hormigón; las mismas palabras de siempre, las palabras que median entre la mujer y el silencio del hombre cuando ha pasado suficiente tiempo)

Eran tres folios válidos. Ligeramente inspirados. Me gustaban. Les he prendido fuego y he ido dejando caer las cenizas sobre el vaso de vodka.

(un regusto picante y ceniciento se demora en el velo del paladar, como una hostia sanguinolenta y blasfema, como una mala palabra trabada en la garganta)


                                        Luego el diablo vino a verme.
                                                                           
                                                                                                  Sin fecha, remite o destino.



ENVÍO#4


Déjame que te hable de Jimena.

Jimena tiene desconches en el esmalte de uñas y acantilados en el alma. Jimena me dice que la haga reir y apuramos las últimas rayas sobre el estaño. Salimos del bar abrazados, vacilantes, pisando la dudosa luz del día. Llegamos a mi celda. Pregunta a qué tantos espejos. Yo le hablo de Borges pero se levanta la falda. Jimena cultiva un vello intoso, montaraz, del que apetece tascar. Jimena tiene un follar apacible y un orgasmo que figura espasmos de muerte.

-Cada vez que follo muero un poco, sabes.

-Todos lo hacemos Jimena.

A Jimena le amarillean los dedos y le tiembla la sonrisa amarilla. La mañana no favorece. Luego me habla de su enfermedad, me dice que hay una guerra civil entre su sistema nervioso y su sistema inmunológico. Se enjuga con la sábana. Yo miro a otro lado.
 Cuando la luz se marchita le digo que tengo trabajo.  Se calza una pena de tacón alto y la encamina a la puerta.

-¿Qué temes ver?

-¿Cómo?

-Los espejos, ¿por qué los cubres?

-Se hace tarde Jimena.

                                      Llevaba medias negras.

                                                                                      Un domingo cualquiera, sin remite ni destino.
                                                                       



sábado, 3 de agosto de 2013

POSTCARDS FROM ITALY.






ENVÍO#1
2 de julio 2013.


Y nos cayó la noche encima.

Caminabas de espaldas frente a mí, para no perder detalle decías, la mirada perdida en mi mirada. Tu mirada buscándose en la mía. Como dos locos perplejos ante el espejo improbable de la carne. De espaldas al mundo. Frente a frente. Boca a boca. Y nos cayó la tarde encima.
Tu media sonrisa insolente, los labios fruncidos y aún no sé si burlándote de mí por eso que antes te dije y me tenía tan avergonzado, pero tan feliz.

Al fin se lo había podido decir a alguien.




ENVÍO#2
7 de julio de 2013.

Entre nosotros no debía haber contratos ni rúbricas ni anillos de pertenencia. Ni álbum de fotos tristes con fecha al dorso, esas que al morir la poca luz del día sobre los visillos convocan un “¿te acuerdas?”, “qué jóvenes fuimos”, “¿qué nos pasó después?”

Pero nos pasó. 

Y un buen día nos vimos comiendo del mismo plato frío la misma ración de un desengaño anterior al mundo.









ENVÍO#3
7 de julio de 2013.

Yo no quería escribirte para no asimilarte a mi palabra, para no traicionarte con la palabra.
Por eso rompí carta tras carta apenas el abajo firmante te enviaba besos a la Rue de l`oubli.
                                                     Pero tú me dabas la palabra.
Si he escrito algo desde entonces ha sido siempre por ti. Esperando que uno de mis textos te encontrara. Conservar tu voz perdiendo la palabra en la escritura.

¿No te parece irónico?



ENVÍO#4
7 de julio de 2013.

La verdad del sudor y de las sábanas cuando la amanecida sorprende el laboreo tenaz de los cuerpos, el puro sigilo de las pieles .




ENVÍO#5
10 de julio de 2013.

(nostalgia, la puta del deseo)

Hoy apenas levantarme he buscado entre las cajas del trastero el casete de In a Lonely Place.

Nací cuando ella me besó.

        Morí cuando me abandonó.

           Víví unas semanas mientras ella me amó.

Luego he tenido que regresar a la cama para llorarlo todo hasta el mediodía.




ENVÍO#6
8 de julio de 2013.

¿En qué momento dejamos de contarnos los sueños?
¿En qué momento dejé de darte a leer lo que iba escribiendo sobre el escritorio inquieto de tus nalgas? 
                             (yo escribía sobre tu piel versos de carne con besos de tinta y ceniza)
Dejas en mí una herida que no quiero cauterizar.
Soy lo que has hecho de mí como tú llegaste a ser aquella a la que vestí con ropajes prestados hasta que no quedó nada de la muchacha a la que una vez deseé.
                                                Me diste la palabra y me diste el dolor.
(gracias gracias gracias)



ENVÍO#7
9 de julio de 2013.

Me pregunto si es a ti o es a mi amor por ti al que añoro.
Me pregunto si alguna vez hubo una alguna vez o mi amor te inventó y nunca fuiste esa joven que se parecía a Jean Seberg y me hacía reír durante los desenlaces trágicos de las películas de Mizoguchi y hablaba sin parar de mudarnos a una película de Hawks.
(pilotar aviones o criar elefantes, me liarías los cigarrillos y yo te encendería fósforos pero vives perplejo y sin remedio en esa escena la misma siempre de Los comulgantes)

Me pregunto si sigues odiando a Bergman por las mismas razones que adorabas a Hawks.
No llegaste a comprender que a ti tu candor te protegía de la ausencia de dios, pero yo pertenecía a la otra orilla.
Soy de esos que interrogan al Ser. “Neurótico” es el término clínico.
Dios es el concepto del Otro llevado al límite y apenas me alejé del recinto de mí mismo en un turismo cobarde y trasnochado.



Furchtlos bleibt aber, so er es muss, der Mann
Einsam vor Gott, es schützet di Einfalt ihn,
und keiner Waffen braucht´s und keiner
Listen so lange, bis Gottes Fehl hilft.






ENVÍO#8
19 de julio de 2013.


y te enfadabas si entre desconocidos te llamaba por tu nombre, nom prope non prope.
Una vez, mientras hacíamos el amor me pediste que te llamara por otro nombre. Por todos los nombres menos por el tuyo, mientras me susurrabas No soy tuya No soy tuya No soy tuya.

Llámame sin palabras, disípame en tu nombre, líbrame del trazo amor.



ENVÍO#9
20 de julio de 2013.

Hoy Otto, el cartero, ha pasado a tomar un café. Hemos hablado de fantasmas, lo único de lo que pueden hablar los que han vivido lo suficiente. Durante la escasa media hora que me ha acompañado, se ha dedicado a cambiar los remites de las cartas que le restaban repartir.
Luego me ha hablado de un proyecto que tiene en mente desde hace años: tarjepostalizar la carta, sin remisión ni destino.

-Para mí Marco, es más importante la cuestión de saber a quién se escribe, ¿no crees?











jueves, 28 de febrero de 2013

ENVÍOS II






ENVÍO#5º

Al fin he marcado tu número pero el terror a oír la voz me ha hecho interrumpir la llamada antes que. He apagado el móvil. Luego he comprendido que me lo que me da miedo es que no haya nadie al otro lado.
Creo que olvidé ya el timbre de tu voz.
Te escribo a oscuras, como el comandante del Kursk. La escritura es enfrentamiento con la muerte.
Te escribo sin brújula que es como se escribe siempre. Sin origen ni hora de llegada prevista, desde una ciudad desconocida donde nadie habla mi lengua. Transterrado en una estación de trenes sin andén ni equipaje y la cantina cerrada.
La quinta postal. Cinco postales idénticas con diversos textos y un destino solidario. Te escribo a oscuras, como Borges El evangelio según San Marcos. Oficio de tinieblas. ( únicamente el amarillo le fue fiel, el color de la música.)

El texto es el destino.
El texto es el destino.
El texto es el destino.

Son las 03:42 am y la vida se me va en una calada.

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ENVÍO#6

Turín, 26 de febrero de 2013.
Buenos noches Lilith.

Esta tarde tuve un sueño. Yo eras tú. Recibía correspondencia. Varias postales idénticas sin remitente. Escritas en un idioma ininteligible. Rompía(s) a llorar.
Una vez leí en tu diario que cuando un novelista empieza a contar sus sueños, está acabado, por eso he encendido la tele.
Sobre la pantalla alguien estimula con la lengua el tejido membranoso de un ano. No dejo de pensar que el placer es como el signo, la representación de una ausencia, la presencia de una falta.
El rostro se crispa; el espejo del alma apretado en arrugas.
Un orificio también es como el signo, presencia diferida o remisión a una ausencia. Dilatación.
El orificio obturado por la verga o en la excreción significa porque remite a otro y otro y otro que tampoco comparece.

( y todo esto me ha hecho pensar en aquella mañana salmantina y plateresca en la que me leías fragmentos de Naked Lunch mientras yo untaba tus tostadas con la misma margarina que empleé para. )

Ojalá no vuelva a verte.

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ENVÍO#7

Turín 30 de Febrero de 2013.

En el principio fue el Verbo. -¿Qué significa papá?”

Que no hubo principio, hija mía.
Que sólo hay un pasado nunca presente.
Que sólo hay la nostalgia de lo que no existió.
Que la voz dijo la verdad.
Que la grafía presenta una ausencia.
Que la palabra asesina a la cosa.
Que el lenguaje es la patria del sujeto.
Que antes del Yo está el lugar del Otro.
Que esto que escribo es dictado por ti.
Que la paternidad es un efecto,
la demora de la huella en la arena que el viento borrará.

Que mis palabras vienen de lejos.


Soy lo que tú has hecho de mí.
Eidanyoson

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ENVÍO#8

Una vez me dijiste amor, uno solo deambula, dos van siempre a algún lugar. El destino es cosa de dos. Hoy he salido a pasear, muy de mañana y sin destino.
Hacía meses que no me caía la tarde encima caminando. Viendo crecer las sombras, pisando la dudosa luz del día. Un deambular perplejo en el latido de la ciudad. Quisiera decirte la Piazza Carlo Alberto sin caballos ni Nietzsche. Quisiera decirte que dios conforta sólo en su ausencia. Quisiera cantar el Ser. Quisiera no querer.
Al fin me he sentado exhausto en una terraza a distraer la fatiga. A ver el tiempo pasar. El café era bueno. Un pitillo lo hubiera mejorado. Con brandy sería ambrosía.
He pagado la cuenta.
La poca luz se marchita sobre los parasoles. Al menos hoy no he pensado.

Turín, ignoro el día, creo que martes, creo que marzo. Pienso que aún será 2013.

Te quiere y añora,

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ENVÍO#9

He escrito tu nombre hasta el delirio sobre las superficies de.

lo he escrito con lápiz en el parqué, grabando el artesonado de los techos, urdiendo torpes grafitis sobre los mampuestos del muro, en post its por los azulejos, en Times New Roman, en Verdana, en Rockwell Extra Bold, y luego en carmín sobre el monitor del ordenador, lo he escrito en el lienzo de los cuadros, el metal de la cocina, sobre el tapizado del sillón, lo he escrito bajo las sábanas con aguja e hilo, lo he escrito en el espejo contra mi rostro, en las páginas de los libros que detesto, en caracteres hebraicos, en cirílico, alfanumérico, lo he escrito con tinta en el cartón de las cajetillas, grafito en la madera, semen sobre el terciopelo azul del cortinaje, con mechero quemando la cal, raspando el cuero de las botas, con oficio de dientes sobre cera, con labor de uñas en las manzanas, lo he escrito en bajorrelieve, lo he modelado con plástico caliente, lo he impreso en papel de periódico, le he dado forma al humo, y una cicatriz en mi pecho que aún rezuma sangre, te llamará en silencio, mon amour.

(pero durante todo el laboreo de escribano mi voz no ha dicho tu nombre intento escuchar la voz el eco de la palabra esencial cabe el significado soy sordo al sentido y mudo al rumor sólo una escritura vacilante.)
Et clamor meus ad te veniat!!!!!

HAREY



HEYRA

HYARE

HRAYE


UEWHOIASKN

                 K
                  S
                 L

                    
                   Ñ;
.


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viernes, 22 de febrero de 2013

ENVÍOS






ENVÍO #1º

Y si te escribo es porque sólo en la palabra puedo confiar, no te sientas obligada a responder a estas postales que, por lo demás, aún no sé dónde enviaré.
Soy lo que tú has hecho de mí.
Trato de olvidarlo. Para, olvidarlo, lo escribo, y para escribirlo lo olvido y después de ahora, más allá de este pedazo de noche con su niebla y sin mañana, no seré más aquel que renunció a todo para tenerse a sí mismo. Y abracé una nada.

No seré más que la palabra que me dice y te dice. No su vehículo o portavoz. La palabra misma, una de las caras del símbolo, la cara oculta, la grafía muda. Un mero significante sin significado o sentido, sin referente al final de mí mismo.
El significado eres tú, amor, será lo que tú quieras ser. Es decir, el significado es mí nada, tú eres lo que yo no soy.

Un beso grande grande grande.

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ENVÍO# 2º

Te lo digo en voz baja, al oído, amor: la palabra me precede. Llegará antes a ti que este pedazo de cartón ilustrado con una reproducción de Leonardo. Sin oficina postal ni franqueo.

Puedo ver tu rostro componiendo esa mueca de hartazgo, el labio superior tenso, adelgazado por las cosas no dichas, tu palabra, la palabra que siempre estuvo ahí, asomando, para buscar mi oído. La palabra que me diste, señora letrada. Tiene la palabra la defensa. Para quitármela después. La palabra original, viva y presente.
La voz.
Tenías razón, no somos nada salvo esta relación epistolar imposible que ahora entablamos, apenas un manojo de postales que compré esta tarde cuando el paso de un tranvía me hizo pensar en ti, cuando una lluvia repentina y a destiempo me hizo pensar en ti. En el único lugar del mundo donde me gusta la lluvia.
No son horas me dijiste...
Cada una de estas postales tiene un sentido diferido. Sólo tengo un puñado de postales y no muchas más palabras. Tengo tiempo para buscarlas y buscarte tras de ellas. Perderme en el texto para encontrarme en ti.
Yo no soy el remitente amor. Yo no soy. Yo no Es.


Besos zorra zorra zorra.


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ENVÍO# 3º

Ein jeder Engel ist schrecklich”

¿Recuerdas la reproducción al dorso de la tarjeta anterior, “La Adoración de los Magos”? (como a Otto el cartero, me aterra Leonardo)
Recuerdo exactamente las palabras que me dijiste una tarde en el Prado. No recuerdo aquella tarde en el Prado, sólo las palabras que salieron de tus labios ante un catálogo, y que te reproduzco: “Yo no soy para ti más que una reproducción, estás enamorado de una reproducción. No sabes nada de la Lilith original, ni puedes saberlo.”

Escribo sobre la barra de un bar clandestino en la trastienda de en un 24 horas, con la mirada fija en una reproducción de tu rostro, la sonrisa clavada en tu mejilla (en el reverso se borró ya la tinta y las letras con que quisiste dejar constancia de fecha y lugar, sólo queda una huella del trazo firme de tu mano, la archiescritura), mientras suena demasiado bajo una versión que hizo Marilyn Manson de I put a spell on you, y apuro un brebaje salido de una botella de Absolut, cuyo sabor me hace añorar las noches en que bebí Absolut del hontanar de tu ombligo, de las mañanas en que dragué el Absolut de tu animal carnívoro y todo el cuarto estaba sembrado de botellas vacías rutilantes de sol.


(Estoy pesando en no enviarte esta postal urdida con los retales de tus palabras. Reproducciones de mis recuerdos sostenidos en una erección. La escombrera de la memoria que aborrezco y que me hace escribirte y escribirme.)

Tu me adivinas allí donde me oculto.
Eres mi ángel y mis demonios.
Son las…

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

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ENVÍO#4º

Otto me ha encontrado en el rellano de la escalera y me ha ayudado a entrar. Nos hemos tomado un café y me ha contado historias fantásticas de aparecidos. Al final se fue sin llevarse estas postales. Mañana volverá. Hay una tristeza recóndita en los ojos de este cartero. Por el acento debe ser alemán o sueco. Me reconforta extrañamente su palabra.
Quisiera Mein Engel poder escribirte esas historias de fantasmas, sin retórica, sin engañifas verbales o velos, ofrecerte sólo la palabra develada que dice, desprovista de la sintaxis bastarda que articula el sujeto, que traiciona el/al decir, pero para eso deberías estar aquí o yo allí, o yo ser Otto, el cartero. O tú ser yo.
La carta llegará a su destino porque ella forja su destino. Desconfío/a de la escritura.

Te escribo muy de mañana, muy de mañana, muy de mañana. Te miento muy de mañana, muy de mañana, muy de mañana.
PD: Llámame por favor,
                                                                dime la verdad.

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