ENVÍO
#1º
Y si
te escribo es porque sólo en la palabra puedo confiar, no te sientas
obligada a responder a estas postales que, por lo demás, aún no sé
dónde enviaré.
Trato
de olvidarlo. Para, olvidarlo, lo escribo, y para escribirlo lo
olvido y después de ahora, más allá de este pedazo de noche con su
niebla y sin mañana, no seré más aquel que renunció a todo para
tenerse a sí mismo. Y abracé una nada.
No
seré más que la palabra que me dice y te dice. No su vehículo o
portavoz. La palabra misma, una de las caras del símbolo, la cara
oculta, la grafía muda. Un mero significante sin significado o
sentido, sin referente al final de mí mismo.
El
significado eres tú, amor, será lo que tú quieras ser. Es decir,
el significado es mí nada, tú eres lo que yo no soy.
Un
beso grande grande grande.
$
ENVÍO#
2º
Te
lo digo en voz baja, al oído, amor: la palabra me precede. Llegará
antes a ti que este pedazo de cartón ilustrado con una reproducción
de Leonardo. Sin oficina postal ni franqueo.
Puedo ver tu rostro componiendo esa mueca de hartazgo, el labio
superior tenso, adelgazado por las cosas no dichas, tu palabra, la
palabra que siempre estuvo ahí, asomando, para buscar mi oído. La
palabra que me diste, señora letrada. Tiene la palabra la
defensa. Para quitármela después. La palabra original, viva y
presente.
La
voz.
Tenías
razón, no somos nada salvo esta relación epistolar imposible que
ahora entablamos, apenas un manojo de postales que compré esta tarde
cuando el paso de un tranvía me hizo pensar en ti, cuando una lluvia
repentina y a destiempo me hizo pensar en ti. En el único lugar del
mundo donde me gusta la lluvia.
No
son horas me dijiste...
Cada
una de estas postales tiene un sentido diferido. Sólo tengo un
puñado de postales y no muchas más palabras. Tengo tiempo para
buscarlas y buscarte tras de ellas. Perderme en el texto para
encontrarme en ti.
Yo
no soy el remitente amor. Yo no soy. Yo
no Es.
Besos
zorra zorra zorra.
$
ENVÍO#
3º
“Ein
jeder Engel ist schrecklich”
¿Recuerdas
la reproducción al dorso de la tarjeta anterior, “La Adoración de
los Magos”? (como a Otto el cartero, me aterra Leonardo)
Recuerdo
exactamente las palabras que me dijiste una tarde en el Prado. No
recuerdo aquella tarde en el Prado, sólo las palabras que salieron
de tus labios ante un catálogo, y que te reproduzco: “Yo no soy
para ti más que una reproducción, estás enamorado de una
reproducción. No sabes nada de la Lilith original, ni puedes
saberlo.”
Escribo
sobre la barra de un bar clandestino en la trastienda de en un 24
horas, con la mirada fija en una reproducción de tu rostro, la
sonrisa clavada en tu mejilla (en el reverso se borró ya la tinta y
las letras con que quisiste dejar constancia de fecha y lugar, sólo
queda una huella del trazo firme de tu mano, la archiescritura),
mientras suena demasiado bajo una versión que hizo Marilyn Manson de
I put a spell on you, y apuro un brebaje salido de una botella
de Absolut, cuyo sabor me hace añorar las noches en que bebí
Absolut del hontanar de tu ombligo, de las mañanas en que dragué el
Absolut de tu animal carnívoro y todo el cuarto estaba sembrado de
botellas vacías rutilantes de sol.
(Estoy
pesando en no enviarte esta postal urdida con los retales de tus
palabras. Reproducciones de mis recuerdos sostenidos en una erección.
La escombrera de la memoria que aborrezco y que me hace escribirte y
escribirme.)
Eres mi ángel y mis
demonios.
Son
las…
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
$
ENVÍO#4º
Otto
me ha encontrado en el rellano de la escalera y me ha ayudado a
entrar. Nos hemos tomado un café y me ha contado historias
fantásticas de aparecidos. Al final se fue sin llevarse estas
postales. Mañana volverá. Hay una tristeza recóndita en los ojos
de este cartero. Por el acento debe ser alemán o sueco. Me
reconforta extrañamente su palabra.
Quisiera
Mein Engel poder escribirte esas historias de fantasmas, sin
retórica, sin engañifas verbales o velos, ofrecerte sólo la
palabra develada que dice, desprovista de la sintaxis bastarda
que articula el sujeto, que traiciona el/al decir, pero para eso
deberías estar aquí o yo allí, o yo ser Otto, el cartero. O tú
ser yo.
Te
escribo muy de mañana, muy de mañana, muy de mañana. Te miento muy
de mañana, muy de mañana, muy de mañana.
PD:
Llámame por favor,
dime la verdad.
$
No hay comentarios:
Publicar un comentario