sábado, 3 de agosto de 2013

POSTCARDS FROM ITALY.






ENVÍO#1
2 de julio 2013.


Y nos cayó la noche encima.

Caminabas de espaldas frente a mí, para no perder detalle decías, la mirada perdida en mi mirada. Tu mirada buscándose en la mía. Como dos locos perplejos ante el espejo improbable de la carne. De espaldas al mundo. Frente a frente. Boca a boca. Y nos cayó la tarde encima.
Tu media sonrisa insolente, los labios fruncidos y aún no sé si burlándote de mí por eso que antes te dije y me tenía tan avergonzado, pero tan feliz.

Al fin se lo había podido decir a alguien.




ENVÍO#2
7 de julio de 2013.

Entre nosotros no debía haber contratos ni rúbricas ni anillos de pertenencia. Ni álbum de fotos tristes con fecha al dorso, esas que al morir la poca luz del día sobre los visillos convocan un “¿te acuerdas?”, “qué jóvenes fuimos”, “¿qué nos pasó después?”

Pero nos pasó. 

Y un buen día nos vimos comiendo del mismo plato frío la misma ración de un desengaño anterior al mundo.









ENVÍO#3
7 de julio de 2013.

Yo no quería escribirte para no asimilarte a mi palabra, para no traicionarte con la palabra.
Por eso rompí carta tras carta apenas el abajo firmante te enviaba besos a la Rue de l`oubli.
                                                     Pero tú me dabas la palabra.
Si he escrito algo desde entonces ha sido siempre por ti. Esperando que uno de mis textos te encontrara. Conservar tu voz perdiendo la palabra en la escritura.

¿No te parece irónico?



ENVÍO#4
7 de julio de 2013.

La verdad del sudor y de las sábanas cuando la amanecida sorprende el laboreo tenaz de los cuerpos, el puro sigilo de las pieles .




ENVÍO#5
10 de julio de 2013.

(nostalgia, la puta del deseo)

Hoy apenas levantarme he buscado entre las cajas del trastero el casete de In a Lonely Place.

Nací cuando ella me besó.

        Morí cuando me abandonó.

           Víví unas semanas mientras ella me amó.

Luego he tenido que regresar a la cama para llorarlo todo hasta el mediodía.




ENVÍO#6
8 de julio de 2013.

¿En qué momento dejamos de contarnos los sueños?
¿En qué momento dejé de darte a leer lo que iba escribiendo sobre el escritorio inquieto de tus nalgas? 
                             (yo escribía sobre tu piel versos de carne con besos de tinta y ceniza)
Dejas en mí una herida que no quiero cauterizar.
Soy lo que has hecho de mí como tú llegaste a ser aquella a la que vestí con ropajes prestados hasta que no quedó nada de la muchacha a la que una vez deseé.
                                                Me diste la palabra y me diste el dolor.
(gracias gracias gracias)



ENVÍO#7
9 de julio de 2013.

Me pregunto si es a ti o es a mi amor por ti al que añoro.
Me pregunto si alguna vez hubo una alguna vez o mi amor te inventó y nunca fuiste esa joven que se parecía a Jean Seberg y me hacía reír durante los desenlaces trágicos de las películas de Mizoguchi y hablaba sin parar de mudarnos a una película de Hawks.
(pilotar aviones o criar elefantes, me liarías los cigarrillos y yo te encendería fósforos pero vives perplejo y sin remedio en esa escena la misma siempre de Los comulgantes)

Me pregunto si sigues odiando a Bergman por las mismas razones que adorabas a Hawks.
No llegaste a comprender que a ti tu candor te protegía de la ausencia de dios, pero yo pertenecía a la otra orilla.
Soy de esos que interrogan al Ser. “Neurótico” es el término clínico.
Dios es el concepto del Otro llevado al límite y apenas me alejé del recinto de mí mismo en un turismo cobarde y trasnochado.



Furchtlos bleibt aber, so er es muss, der Mann
Einsam vor Gott, es schützet di Einfalt ihn,
und keiner Waffen braucht´s und keiner
Listen so lange, bis Gottes Fehl hilft.






ENVÍO#8
19 de julio de 2013.


y te enfadabas si entre desconocidos te llamaba por tu nombre, nom prope non prope.
Una vez, mientras hacíamos el amor me pediste que te llamara por otro nombre. Por todos los nombres menos por el tuyo, mientras me susurrabas No soy tuya No soy tuya No soy tuya.

Llámame sin palabras, disípame en tu nombre, líbrame del trazo amor.



ENVÍO#9
20 de julio de 2013.

Hoy Otto, el cartero, ha pasado a tomar un café. Hemos hablado de fantasmas, lo único de lo que pueden hablar los que han vivido lo suficiente. Durante la escasa media hora que me ha acompañado, se ha dedicado a cambiar los remites de las cartas que le restaban repartir.
Luego me ha hablado de un proyecto que tiene en mente desde hace años: tarjepostalizar la carta, sin remisión ni destino.

-Para mí Marco, es más importante la cuestión de saber a quién se escribe, ¿no crees?











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