jueves, 2 de agosto de 2012

¡La lista de Sight&Sound con las 50 mejores películas de todos los tiempos!







Ya tenemos a la madre de todas las listas aquí, la confeccionada por Sight&Soud cada década desde 1952, y llega con sorpresa. Por fin Vértigo se alza con el oro destronando a Ciudadano Kane, cuyo reinado indiscutido se antojaba ya obra de la inercia, la rutina, un prestigio bien merecido pero que responde en buena medida a sus aportaciones formales, no de más relevantes que las de Intolerancia de Griffith, el gran ausente de la lista.

Y Vértigo.

Los criterios que podemos barajar para elegir un film concreto como el mejor, pueden ser varios. Uno, apunta a la importancia histórica, la influencia ejercida en su tiempo, aportaciones varias al desarrollo del lenguaje cinematográfico o innovaciones en materia narrativa, etc.
Este ha sido, en mi opinión el criterio que ha encumbrado a Kane durante medio siglo (creo recordar que en la lista de 1952 la pole fue para El acorazado Potenkim que ahora parte del undécimo puesto).
Si bien, el debut de Welles es soberbio, no me parece superior a El cuarto mandamiento o Sed de mal. La ausencia de Griffith, muestra hasta qué punto pasado el tiempo suficiente, ese mérito, cae en el olvido.
Puede que la presencia destacada de Al final de la escapada, responda al mismo rasero.
Otro criterio más volátil pero sólido, sería la vigencia de un film más allá de un momento histórico, cuando su magisterio, temas y estilemas, comparecen de forma velada, se solapan, dialogan con nuevos materiales en una urdimbre intertextual fecunda.
Son obras que no abruman con un prestigio inmediato ni ejercen una autoridad indiscutida que invita a la cita directa, el homenaje, la reverencia. No. Son obras que capturan la mirada de generaciones, que excitan su imaginación y presiden motivos visuales, argumentales.
Obras de continuo leídas en sincronía, no como arqueología.
Decepciona ver a Centauros del desierto en un discreto séptimo puesto. Si nos damos una vuelta por el cine americano de los setenta, veremos continuas versiones y variaciones del film de Ford, en Taxi Driver, El viento y el león, Yakuza, El cazador, Apocalipsys Now, Encuentros en la tercera fase o Hardcore. La pérdida y la búsqueda, la obsesión, la soledad, la violencia.

Pero Vértigo.

En El cine según Hitchcock, Truffautt no muestra excesivo interés por el film. Tampoco el viejo maestro, dolido por su discreta recaudación, parece tener conciencia del alcance de su obra. Y es que hay textos intempestivos a los que sólo el tiempo puede hacer justicia. La primera vez que lo visioné, no tendría más de 8 años y me resultó tedioso. Entonces mis películas favoritas de Hitchcock eran La ventana indiscreta y Cortina rasgada. A los 11 años volví a revisarlo, y ya me fascinó, aunque me seguía resultando hermético, frío, distante.
Adoraba Los pájaros y Con la muerte en los talones.
Periódicamente volví a él, suplicante, esperando que me revelara el tesoro que presentía pero me era negado. Luego llegarían Encadenados, Marnie y Topaz.
Psicosis siempre me pareció un prodigioso mecanismo de relojería. Por lo mismo, mecánico, sin vida.
Y al fin, entrados en la veintena, supongo que cuando ya habíamos aprendido a perder, llegó la epifanía. Sin previo aviso, una tarde (de marzo tal vez, ventosa y gris), en lo alto del campanario de la misión española, ese desgarrado Cuánto te he llorado Madeleine se me enroscó en la garganta, me hizo jirones el pecho y me desplomó en lágrimas.
Como dice Trías en su imprescindible ensayo, es una obra de arte total. No la siento superior a Centauros o a Ordet, juegan las tres en la misma liga. Cosa de días, supongo.
Aunque una lista no sea más que pura anécdota, desayunar con la imagen de Madelaine, ha sido una gran alegría.
Uno, que es de alegrías fáciles.

El Top Ten.

Agrada el tercer puesto de Cuentos de Tokio, Ozu ha sido el autor nipón que más se ha revalorizado en los últimos tiempos y con toda justicia, lo contrario que Mizoguchi, que cae dolorosamente al penúltimo puesto con Los cuentos de la luna pálida de agosto.
La regla del juego, una clásica del top-ten no pierde comba, como tampoco Amanecer. 2001 se encumbra a la sexta plaza, por delante de Centauros, en fin, dada mi devoción por Kubrick, la alegría embosca el cabreo de ver el film de Ford tan lejos. El hombre de la cámara, La pasión de Juana de Arco y 8 ½, cierran la lista.

¿Y las demás?

Siempre tan cicateros, nos dedicamos a buscar ausencias, y las hay.
La que más nos duele por aquí son las de Buñuel, Hawks, Huston, Nicholas Ray y el Lang americano, es más, la del baturro, sorprende, toda vez que la presencia El perro andaluz y La edad de oro en las listas del centenario, fueron moneda corriente.
¿Dónde está Avaricia?
Huston sabemos que nunca ha gozado del favor de la mayoría y el cine clásico norteamericano cotiza bastante mal estos días, como nos revela la ausencia clamorosa de Howard Hawks.
El paradigma está cambiando. Chaplin se desploma al puesto 48. El apartamento ni aparece.
Por nacionalidades, EE UU y Francia aportan 13 cintas cada una, Italia 6, Japón 5 y la URSS, 4.
Godard, sigue gozando de gran predicamento, es el cineasta mejor representado con 4 películas, incluyendo las imprescindibles Histoire(s).
Le siguen Coppola, Tarkovski y Dreyer, con tres cada uno. Sospecho que salvo el primero, los demás no son muy vistos hoy en día, pero aplaudimos su nutrida presencia.
La obra más reciente que engrosa la lista, y una gran alegría para mí, es Mulholland Drive, seguida de Desando amar y Satantango.
Añoro rabiosamente a Lars Von Trier.
Ahora que nos acercamos al aniversario de las muertes de Bergman y Antonioni y no faltamos a la revisión de algunas de sus piezas a modo de homenaje agradecido, extraña la escasa presencia del primero, solo Persona.
La aventura, que en 1962 quedó en segundo lugar, conserva un meritorio vigésimo primer puesto. Fellini y Kurosawa, otros de los gurúes del cine mundial durante los sesenta y setenta, conservan dos películas por barba.

La lista la cierra Le Jeteé, Marker murió el lunes.

Y como es inevitable, sufrido lector, no puedo dejarte sin colocarte mis cincuenta, qué le vamos a hacer:
  1. Centauros del desierto de John Ford.
  2. Vértigo de Alfred Hitchcock.
  3. El sacrificio de Andrei Tarkovski.
  4. Ordet de C. T. Dreyer.
  5. El Padrino II de F. F. Coppola.
  6. Río Bravo de Howard Hawks.
  7. Fanny y Alexander de Ingmar Bergman.
  8. Retorno al pasado de Jacques Torneau.
  9. La regla del juego de Jean Renoir.
  10. Grupo salvaje de Sam Peckinpah.
  11. El desprecio de J. L. Godard.
  12. Te querré siempre de Roberto Rossellini.
  13. La chaqueta metálica de Stanley Kubrick.
  14. El intendente Shanso de Kenji Mizoguchi.
  15. Fat City de John Huston.
  16. Los sobornados de Fritz Lang.
  17. Iván, el Terrible/La conjura de los boyardos de S. M. Einsestein.
  18. Ran de Akira Kurosawa.
  19. Johnny Guitar de Nicholas Ray.
  20. El mundo de Apu de Satyají Ray.
  21. El cuarto mandamiento de Orson Welles.
  22. Nosferatu de F. W. Murnau.
  23. Corazón salvaje de David Lynch.
  24. Melancholia de Lars Von Trier.
  25. Viridiana de Luis Buñuel.
  26. Sin perdón de Clint Eastwood.
  27. Una luz en el hampa de Sam Fuller.
  28. El último tango en París de Bernardo Bertolucci.
  29. El sabor del sake de Yasujiro Ozu.
  30. Secretos de un matrimonio de Ingmar Bergman.
  31. La puerta del cielo de Michael Cimino.
  32. Noche de estreno de John Cassavettes.
  33. Uno de los nuestros de Martin Scorsese.
  34. Los pájaros Alfred Hitchcock.
  35. Yakuza de Sidney Pollack.
  36. El resplandor de Stanley Kubrick.
  37. Tempestad sobre Washintong de Otto Premminger.
  38. Como un torrente de Vicente Minelli.
  39. El exorcista de William Friedkin.
  40. La semilla del diablo de Roman Polanski.
  41. Destino fatal de Robert Aldrich.
  42. Teniente corrupto de Abel Ferrara.
  43. El buscavidas de Robert L. Rossen.
  44. Doctor Zhivago de David Lean.
  45. Dublineses de John Huston.
  46. El año que vivimos peligrosamente de Peter Weir.
  47. Ed Wood de Tim Burton.
  48. Crash de David Cronemberg.
  49. La noche de Halloween de John Carpenter.
  50. Era sé una vez, en América de Sergio Leone.

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