Mañana hace ya un mes
que el Gobierno anunciaba ayudas europeas al sector financiero
español. Entonces se dijo que la inyección de capital a la banca no
estaría sujetas a condiciones, sería pagada exclusivamente por
dicho sector y no implicaría nuevas medidas de austeridad.
Y nosotros nos lo
creímos.
La de cosas que han
pasado en el último mes, pibe. Se ha hallado el bosón de Higgs, el
divorcio del Tom Cruise, se estrenó Spiraña 4...
Y
se ha subido el IVA, que ya estará por encima del de Francia y
Alemania (y lo hacen en temporada alta, manda huevos).
Y
se revisarán los baremos para recibir las ayudas que establecía la
Ley de dependencia.
Y
“para incentivar la búsqueda activa de empleo” , se reducen las
prestaciones a partir del sexto mes.
Y
se elimina la paga de beneficios de Navidad de los empleados
públicos. Y se privatizará RENFE (Educación y Sanidad están ya en
proceso)
Y...
Y
la serpiente se muerde la cola. Y tenemos a un Presidente que dice
sin sonrojo que no es posible el crecimiento ni la creación de
empleo, pero que la prioridad es cumplir con los plazos en el pago de
la deuda. Y que le duele España, naturalmente, pero chico, con el
legado que nos hemos encontrado, no tenemos más huevos que
apretarles el cinturón a los grupos menos productivos del Estado.
Y
la estrategia cada vez parece más clara, vamos, era cristalina desde
el pasado noviembre, pero ahora, incluso los más escépticos
entonces, tendrán que admitirlo, caminamos a pasos agigantados hacia
la implantación del sistema neoliberal en su versión más brutal. Y
se está haciendo siguiendo al pie de la letra el decálogo de los
chicos de Chicago.
Primero
el shock, crisis,
¿crisis? Sí, crisis. Miedo en los mercados, caída del consumo.
Recesión. Luego vienen las Agencias de Descalificación a levantar
acta y evaluar la cosa, generar más incertidumbre, miedo, pánico
Ahrrrr! Y los
gobiernos en vez de sacar el desfibridador keynesiano y
reactivar al moribundo, como se venía haciendo con éxito en caso de
parada, deciden inducir un coma por tiempo indefinido.
Las
causas de la crisis mundial son de sobra conocidas y se resume en esa
brillante metáfora tan repetida de que habría que haberse llevado
las botellas antes de que la fiesta terminará. Si no, pasa lo que
nos pasa.
Las
medidas a tomar, también. Hay dos opciones, Keynes o Friedman.
Activar la economía fomentando el gasto público y mantener el
estado de bienestar, con lo que la deuda se iría reduciendo de
forma natural a medida que se generará riqueza, o hundirla, no
acrecentar más la deuda pública al costo de socavar de un modo
radical la calidad de vida de la ciudadanía. Hacer que los
mileuristas paguemos las letras subiendo impuestos que desactivarán
más el consumo, acabando con la Educación y la Sanidad públicas,
comprometiendo el futuro de las generaciones venideras y condenando a
la precariedad laboral de por vida...
Y
deuda, deuda, deuda.
Culpables,
culpables, culpables.
Las
“zapateradas”, las familias, los parados, los malos estudiantes,
el viejo de la receta de los cojones, los minusválidos, etc.
El
elemento ideológico que reviste la operación es claro, identificar
al culpable, al débil, para que el que paga los platos rotos, desvíe
la mirada asesina del poder.
El imprescindible Marvin
Harris, sostiene que la locura de la brujería fue creada
y sostenida por las clases gobernantes como medio de suprimir una
ola de mesianismo que protestaba contra la acumulación de capital y
poder en manos de unos pocos durante los siglos finales de la Edad
media.
La brujería, al igual
que los cultos mistéricos de la Grecia clásica (en realidad se
trata del mismo fenómeno en contextos diversos), rechazaban una
estructura institucional que consideraban defectuosa, eran formas de
protesta que amenazaban tímidamente al statu quo.
Pero la realidad es que
eran los inquisidores los que estaban interesados en crearlas, los
pobres llegaron a creer que eran víctimas de brujas y diablos en vez
de Príncipes y Papas, la culpa es del vecino, del zángano del 3º A
que se pasa el a la bartola versión a costa de lo que yo cotizo.
La iglesa y el Estado
montaron una concienzuda campaña contra el enemigo fantasma del
pueblo. significado práctico, desplazaron la responsabilidad de la
crisis desde la sociedad medieval tardía a íncubos y súcubos,
mientras el clero y la nobleza se presentaban como los grandes
protectores de la humanidad, como se presentaba, con más modestia,
faltaría más, a sí mismo Rajoy esta mañana en el Congreso.
Doloroso pero necesario. Y bajaba la cabeza, compungido.
La manía de la brujería,
dispersó y fragmentó todas las energías latentes de protesta,
desmovilizó a los pobres y desposeídos y les llenó de sospechas
mutuas, evitó que los pobres se enfrentaran al establishment.
La estrategia es clara
como un día claro. Despreciable, infame, ruin, rastrera, babosa,
patética, lamentable, hijaputa, como el que la enarbola y nos
preside.
Sin una moneda
devaluable, qué otra opción queda, dicen los del fondo norte.
¿Pero, por qué cuando se implantó el euro no se creó un Banco
Central con atribuciones semejantes a las de la Reserva Federal de EE
UU? ¿Por qué no se estableció en su momento una política fiscal
común en todos los países de la eurozona? ¿Realmente son tan
incompetentes los tipos que nos gobiernan o sólo quieren parecerlo?
Hay quien lleva años
hablando de terrorismo económico, de que las crisis son inducidas
por los grandes y anónimos fondos de inversión para quedarse con lo
poco que aún no tienen.
A la Mano Negra, esa gran
mentira para hacernos creer que los Mercados se sustraen a la
voluntad individual, le van saliendo durezas de tanto ordeñar la
teta de la ciudadanía.
Sí pibe, han pasado
tantas cosas en el último mes. Y lo que está por venir...
And it´s hard,
And it´s hard,
it´s hard,
And it´s hard rains
a-gonna fall.
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