jueves, 20 de junio de 2013

JAMES GANDOLFINI (1961-2013)





Ya Scorsese había vestido al capo con chándal y puesto a dar palizas con un bate de aluminio en las trastiendas de Brooklyn, enredado en una violencia brutal y grotesca, sin plano cenital ni ruido de tren que embosque los disparos.
Ya Scorsese le había arrancado al gángster la máscara trágica y la penumbra que envolvía su despacho oval y echado luz sobre un figurón con las mandíbulas flojas el el gatillo fácil.
Ya Scorsese había cambiado a Mascagni por Sinatra, Rota por los Stones, cuando irrumpió en escena Tony Soprano con sus kilos de más y esos ademanes del que sabe mandar y se sabe temido, sus crisis de ansiedad y una incontinencia venérea rival de su ambición, que no era poca.


Tony Soprano es el típico hombre de mediana edad al que el corazón se desploma en el pecho por efecto de los años, de la vida, de él mismo.

Tony Soprano es el típico marido que folla con todas menos con su santa y eso suele crear tensiones domésticas, problemas de alcoba y mala leche conyugal.

Tony Soprano es el típico padre que sufre a dos adolescentes que empiezan a odiar el dulce hogar familiar que él ha creado sobre los muertos.

Tony Soprano es el típico hijo que sigue bajo el peso de una madre que le recuerda de continuo que nunca será su padre.

Tony Soprano es el típico hijo de vecino de New Jersey que tiene que trasladarse cada mañana hasta Manhattan para ganarse el pan.

Tony Soprano es el típico gestor de residuos que sabe no debe temer por un trabajo que trata con el rasgo más productivo del ser humano, fabricar mierda.

Tony Soprano es el típico jefe que debe mantener en su relación con sus subordinados un equilibrio precario entre el respeto y el miedo, la benevolencia y la debilidad, la dádiva y la patada en los huevos.

Tony Soprano es el típico capo que debe llevar un negocio sujeto a las fluctuaciones de la legalidad, las rivalidades, los compromisos con la tradición y los aires cambiantes que soplan desde las alturas del poder.

Toni Soprano es el típico gángster que se ha visto varias veces El Padrino y Uno de los nuestros.

Tony Soprano fue, es y será, James Gandolfini, un pedazo actor al que Los Soprano hizo entrar por la puerta grande en la historia del cine. A las creaciones de Coppola, Scorsese y De Palma les salió un rival gigante de la pequeña pantalla. Con la serie, la HBO dio comienzo a una auténtica edad de oro de la ficción televisiva sin visos de desdoro.

Tony no es un cabrón con el corazón de oro, y por más que se diga no es un tipo entrañable, es brutal y mezquino, calculador, egoísta, frío como un témpano salvo que huela hembra, un taimado y maquiavélico lector de Tsun-Tzú que conoce bien los resortes del poder, la distancia que separa la amistad de la lealtad que anuda el interés y favorece cierta confianza, sabe bien cuándo es tiempo para la diplomacia y cuándo para las balas, tiene bien presente la máxima de su santo patrón Michael Corleone, ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos, y sabe mentir con su misma pasmosa habilidad, mirando directo a los ojos mientras dispara certero al corazón.
Sin embargo, capítulo a capítulo se va ganando nuestro respeto porque es bueno en lo suyo, es muy bueno en lo que hace, y eso siempre concita admiración, porque tiene poder y sabe disponer las piezas sobre el tablero, juega con arrojo sin perder la cabeza, es un lobo alfa que no vacila, inteligente, con carácter y una cierta integridad, principios medievales que introducen un orden precario en los predios del caos.
Pero además Tony es un hombre como cualquier otro, marido y padre y hermano y sobrino e hijo, con sus debilidades y ofuscaciones, momentos bajos, alegrías pasajeras, mucha, mucha frustración, con su bella psicoanalista y niña en la Universidad, acomplejado por su aspecto y feliz de haberse conocido.

Y sí, alguna vez llegamos a quererle.

Va por ti, James.









1 comentario:

  1. Brother, te lo comenté en el enlace de Facebook, pero prefiero quedarlo aquí. Y es, que la fecha de su nacimiento es 1961 (lo confundirías, supongo, con la edad de la muerte). Un abrazo!!

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