Se veía venir. Merkel
firmó la sentencia, Lagarde la ejecutó. Mariano, bajo la mesa
camilla: habla tú Guindos, pa´esto te traje.
España se entregó un 9
de junio de 2012. Pero no pasa nada, comienza la Euro.
El hombre que nunca quiso
ser presidente, le dijo a Del Bosque: dale una alegría a España,
Vicente.
Ganando no se
solucionan los problemas del país, Presidente. Que
aunque Marqués, el Seleccionador tiene luces.
Pero
no pasa nada. No es un rescate, sólo una ayuda al sector financiero,
por las familias, mayormente. Tanto tiempo viviendo por encima de sus
posibilidades, claro, luego viene el rasgarse las vestiduras y el
chirriar de dientes, que si el banco me embarga el BMW, que si este
año en vez de Punta Cana tenemos que quedarnos en Matalascañas. Las
familias.
Pero
tranquilos, que no es un rescate, que no hay condiciones, que no
estamos tan mal. Y mañana, a ganar a Italia, que este país necesita
una alegría Vicente.
Y bajo la mesa camilla,
comiendo pastas danesas, el hombre que nunca quiso ser presidente,
deja decir a De Guindos: no habrá más recortes, no subirá el IVA,
que esto no es Grecia, que somos la Roja, chicos.
Al final fue cierto, y el
EURO era una encerrrona, la celada del neoliberalismo para entregar
el último vestigio de la social-democracia a los banqueros, el golpe
maestro de un sistema que golpeó por vez primera en 1911, obligando
al Congreso de EE UU a aprobar la creación de un Banco Central. Que
soltó otra hostia en 1929, cuando de improviso, por obra de la
casualidad, la Mano Invisible, se pusieron a la venta en Bolsa
millones de dólares en acciones. Los Mercados, que son así. Que
metió un certero derechazó a la Europa arrasada por el nazismo en
Bretton-Woods, asegurándose que el mercadillo seguiría abierto, y
mira, te dejo unos pavos para que tires mientras.
Luego los chicos de
Chicago encontraron la Piedra Filosofal en el 73, acabamos con el oro
como patrón y ponemos al dinero el precio que nos salga, que para
eso lo hacemos nosotros.
Y menos gasto social que
se nos vuelve vaga la gente, coño.
Competitividad,
meritocracia, productividad, pero los ceporros con pasta siempre
tendrán la Uni de pago y el título enmarcado en el salón.
Pero al hombre que nunca
quiso ser Presidente, se le acaban las pastitas: Luis, pásame
alguna, pero con disimulo.
No
es un rescate, es una ayuda que puede que ni necesitemos, ojo, eso lo
decidirán las auditorías independientes que hacen cuentas (mirando
de reojo a las Agencias de Descalificación) Y Lagarde
levanta el sable con gesto marcial, mientras Merkel suelta patadas
bajo la mesa: te jodes.
Pero
mañana empieza la Euro, yosoyespañolespañolespañol, y
estamos tan necesitados de alegrías que mira, que le den a la
crisis.
Y el
hombre que no quiso ser Presidente (yo no quería, cosas del
Bigote), se perderá el partido en el campo: hombre, no
encabronemos al personal.
La política económica
de este país, dejará de estar en manos de los que votamos (y a los
que botamos) cada cuatro años. El modelo que funcionó en Europa
tras la Segunda Guerra Mundial, el mismo que trató de imitar Kennedy
con su Nueva Frontera, el que aún funciona en Escandinavia, agoniza
ya en la mesa del quirófano.
Pero, acatemos el orden
constitucional, esperemos a 2015 para pronunciarnos, que las reglas
del juego democrático son sagradas y lo otro es cosa de los
girondinos, cuando no vandalismo, e incluso, fascismo.
Ala, a casita, que
empieza la Euro y a Mariano se le empiezan a entumecer las piernas:
no hay dos sin tres no
hay dos sin tres
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